El Alcázar de Segovia está emplazado en la confluencia de los ríos Clamores y Eresma, se adapta a la roca sobre la que se eleva formando más o menos un rectángulo acabado en punta, como la proa de un gran barco. Una localización estratégica con defensas naturales que permite divisar y vigilar todos los puntos cardinales. Desde aquí, se puede contemplar una estupenda vista de la Iglesia de la Vera Cruz, de la localidad de Zamarramala y del barrio de San Marcos con el Monasterio del Parral, la Casa de la Moneda, el parque de la Alameda y el Santuario de la Fuencisla al pie de las Peñas Grajeras.

Alcázar de Segovia, vista del recinto amurallado, Judería y Catedral al fondo
Alcázar de Segovia y Sierra de Guadarrama al fondo

El origen del Alcázar de Segovia data de un antiguo castro celta que poblaron la colina donde hoy se encuentra el casco antiguo de Segovia.
Posteriormente, durante el dominio de la península por los romanos, adaptaron esta fortificación para establecer sus tropas. Con la caída del imperio la era visigoda trae un declive en la población y se cree que la fortificación fue completamente abandonada entre los siglos IX y XI con la invasión árabe.

Alcázar de Segovia. Vitral Rey Alfonso VI

La repoblación de Segovia comenzó entre finales del siglo XI y principios del siglo XII. Con ella la prosperidad llegó a la ciudad y sobre el año 1120 se edifica la antigua catedral de Santa María y todo un barrio al servicio de sus canónigos junto a la zona antaño fortificada. Pocos años después se tienen las primeras referencias al Castillo y Alcázar de Segovia, por su condición defensiva y palacio residencial, construido sobre las ruinas de la antigua fortificación.

Cada época con sus reyes fueron ampliando y adaptando el Alcázar de Segovia a diferentes usos: fortaleza, palacio, prisión, colegio de artillería y archivo histórico militar, siendo Felipe II quien ordenó rehacer las cubiertas de las torres con pizarra y sus almenas permiten la entrada de un poco de luz dándole el aspecto de “castillo de cuento” que actualmente presenta.

Alcázar de Segovia. Vista desde la confluencia de los ríos Eresma y Clamores
Alcazard de Segovia iluminado

El Alcázar de Segovia fue marco espléndido de transcendentales efemérides:
La celebración de las Cortes Generales en varias ocasiones teniendo lugar las primeras en 1256 convocadas por Alfonso X “el Sabio”, el memorable momento en que Isabel la Católica salió de su recinto para ser coronada reina de Castilla (1474) y las bodas de Felipe II con Ana de Austria (1570).

En 1764 Carlos III destinó el Alcázar de Segovia a Academia de Artillería. En 1862 un incendio destruyó gran parte del Castillo. Las obras de restauración se terminaron en 1890 y en él se instaló el Archivo General Militar del Reino, que aún permanece.