El origen más probable de la muralla de Segovia data del final Imperio Romano, cuando la ciudad pudo ser fortificada dando lugar a un primer trazado del actual recinto amurallado, el cual se remonta a los tiempos de la reconquista cristiana de Segovia por Alfonso VI a finales del siglo XI. Posteriormente durante los siglos XVI y XVII al ir perdiendo su original función defensiva se fueron agregando elementos como viviendas adosadas a sus muros y las puertas y postigos perdieron su finalidad al suprimirse los derechos de portazgo.
Restauraciones de épocas posteriores y la reciente intervención sufrida dentro del marco del Proyecto de Recuperación del Patrimonio Histórico de Segovia la han preservado y devuelto gran parte los espacios que durante el siglo XIX fueron perdidos del uso público al considerarla urbanísticamente obsoleta.
La muralla de Segovia tiene una longitud aproximada de 3,4 Km y llegó a contar con cinco puertas y siete postigos. De las puertas originales, San Juan, San Martín, San Cebrián, San Andrés y Santiago, sólo se conservan las tres últimas y de los siete postigos originales sólo hay cuatro en la actualidad: el Postigo de San Juan de los Caballeros, el del Consuelo o Santa Columba, el de La Luna y el Postigo del Sol.
Cuenta también con cinco casas fortificadas, El Alcázar, La Casa del Sol, La Casa de los Picos, La Casa de los Condes de Chinchón y la Casa del marqués de Lozoya o Casa de los Cáceres.
Del adarve se conservan algunos tramos visitables y mantiene ochenta de los cubos que fortalecían los puntos donde cambia la dirección del muro.
El Punto de Información Turística de La Muralla de Segovia situado en la Puerta de San Andrés ofrece guías para su visita y venta de entradas para las zonas que lo requieren.
Puerta de San Cebrián
Corresponde al sector más antiguo de la muralla de Segovia. Se abre al valle del Eresma. La construcción responde a una línea más bien austera, sencilla en la composición: se trata de un alto paredón que se abre mediante un arco de medio punto que, según la construmbre, sustituía a una puerta anterior.
El aspecto que luce actualmente se debe a las reformas llevadas a cabo en los siglos XVII y XVIII y a obras de resconstrucción recientes.
Puerta de San Andrés
Esta puerta es un acceso al antiguo barrio judío. Aparece franqueada por dos vigorosas torres, una cuadrada y otra poligonal.
La cara que observa a la ciudad, presenta un caramín con barandilla de madera, donde se venera una pequeña talla de la Virgen del Socorro, de ahí su otra denominación: Puerta del Socorro.
Se abre hacia el cauce del arroyo Clamores. Hace algunos años fue restaurada.
Puerta de Santiago
En la antigüedad era utilizado como albergue de mendigos y viajeros sin recursos.
De tipo mudéjar, ofrece un aspecto fuerte y sólido con un cuerpo inferior de sillería almohadillada. Es cararacterístico su arco de herradura que abre la muralla al barrio de San Marcos.
En el interior se encuentra una estatua de la virgen que, posiblemente, se trate de una representación de la Virgen del Camino.
Postigo del Consuelo o Santa Columba
Situado en la intersección con el Acueducto fue el paso principal de personas que enlazaba el recinto amurallado con la Plaza del Azoguejo, centro comercial entre la ciudad y los barrios extramuros. Una cercana iglesia ya desaparecida dio nombre a este postigo.
Demolido en el siglo XIX y posteriormente reconstruido en el XX utilizando restos de una edificacion desmontada en otro punto de la cuidad.
Postigo de San Juan de los Caballeros
Situada junto a la Plaza de Colmenares y a la Iglesia de San Juan de los Caballeros de la que toma nombre, este postigo abre paso al norte de la ciudad, el valle del río Eresma y el barrio de San Lorenzo.
Restaurado a finales del sigo XX es una entrada sencilla compuesta por un arco de menores dimensiones en la cara externa con una escalinata que baja al valle. El adarve contiguo es transitable en una zona ajardinada junto a la iglesia que actualmente alberga el Museo Zuloaga haciendo de este postigo un rincón particular.
Postigo de la Luna
Frente a la parte sur de la Iglesia de San Martín, perpendicular a la calle Juan Bravo, surge una pequeña y estrecha calle escalonada que nos conduce al Postigo de la Luna, reconstruida a finales del siglo XX imitando la antigua entrada medieval que allí existió.
Postigo del Sol
Finalizando el paseo del Salón se encuentra el Postigo del Sol de similar estructura y restauración que el Postigo de la Luna. A través de sus escaleras nos guía hacia las calles estrechas, íntimas y repletas de pasadizos del antiguo barrio judío.